Es muy importante que sepas lo siguiente acerca de nuestra idiosincrasia, costumbres y forma de vivir.
Bebemos mucha agua diariamente, lo cual implica que debemos tener siempre disponible agua limpia y fresca cerca a nosotras. Puede ser agua de acueducto. Y el agua que está destinada para nosotras beber debe permanecer quieta, en reposo.
Pon atención a lo siguiente: “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes pastos me hace reposar; junto a aguas tranquilas me conduce.” (Salmo 23: 1-2)
Pues ese salmo no es mera poesía; es un hecho cierto y real: sólo bebemos agua que esté en reposo, quieta y tranquila, sin movimiento alguno. Nunca bebemos agua que esté en movimiento. ¡Nos asusta! Jamás nos verás bebiendo agua a la orilla de la corriente de un río o de una quebrada.
Cuando lleguemos a tu finca, vacía agua en cualquier recipiente tuyo, que esté limpio (ponchera, olla, balde o bebedero ─si ya lo tienes). Mantenlo siempre en un sitio que sea de fácil acceso para nosotras, que esté cubierto y resguardado del viento y la lluvia.
Comemos sal mineral baja en sodio y libre de cobre, especialmente formulada para nosotras. Pero tú no tienes que adquirirla de cuenta tuya porque en nuestra maleta de viaje empacamos la provisión de sal suficiente que consumiremos durante todo el tiempo que estemos en tu casa.
Es muy fácil servirnos la sal: simplemente vacía cada día, todos los días, en un recipiente tuyo, que esté limpio y seco, 2 gramos (½ cucharita tintera o dulcera, aproximadamente) de sal fresca, por cada una de nosotras. La sal servida debe estar siempre bajo techo para protegerla de la lluvia; y la aprovisionada, en un lugar seco para aislarla de la humedad ambiental.
Finalmente, todos los días a las 6:00 p. m. paramos nuestra labor y descansamos hasta las 6:00 a. m. del día siguiente, cuando comenzamos de nuevo otras 12 horas de trabajo continuo.
Nuestra cama debe ser un piso seco, cualquiera (tierra seca, cemento, baldosa o madera), y debe estar bajo techo (protegido de la lluvia). No es saludable dormir a la intemperie y echadas sobre el pasto. Lo ideal es que pasemos toda la noche y la madrugada aisladas de la humedad natural de la grama.
Nuestros enemigos más grandes y peligrosos son los perros. Por lo tanto, no puedes permitir que ningún perro (ni tuyo ni ajeno) se acerque a nosotras ¡NUNCA! ─ni de día ni de noche.
Nosotras no somos cabras ni chivos. Ellos comen de todo, cualquier cosa, lo que sea (sobrados de alimentos preparados, papel, plástico, madera, juguetes, zapatos, ropa, etc.). Nosotras somos 100% veganas y sólo comemos hierbas y flores. De modo que si no quieres que también nos comamos las matas de tu jardín o de tu huerta casera, debes impedir que nos acerquemos a ellas.
Nos puedes aislar muy fácilmente de las zonas a las que quieres que no vayamos, solamente con instalar cercas móviles (o algo similar) al frente - o alrededor - del sitio que deseas proteger.
Otra recomendación más: por favor, no nos juntes nunca con caballos, yeguas, mulas, burros, asnos, vacas, toros, chivos o cabras porque no queremos regresar a nuestra finca con pulgas y garrapatas que nos las pegaron otros animales que estuvieron muy cerca de nosotros.
Y dejamos lo mejor para lo último: nuestro popó son unas bolitas sueltas, pequeñas y secas. No tienes que recogerlo. Todo lo contrario: déjalo en donde quiera que caiga porque es el mejor abono orgánico del mundo. Pero si quieres puedes recogerlo para abonar el jardín o la huerta.
Todos estos requerimientos que se solicitan para atender a nuestros ovinos están pensados en su bienestar.
Pero también entendiendo que quienes contratan el servicio (o quieran adquirir una oveja) son clientes que reúnen unas condiciones específicas, que les brindarán una estadía confortable a unos trabajadores que prestarán un servicio de excelencia.
El servicio de guadañadora ecológica apenas se está empezando a implementar en Colombia. Él resuelve necesidades claras de públicos exclusivos, como limpieza, silencio e intimidad, mientras los ovinos podan las áreas verdes de sus viviendas o fincas de recreo.